Siglo XIII. Madera policromada. 88 cm. Como la Virgen Blanca, cruza el velo. No obstante, es más sencillo y ajustado a la cabeza, lo que teóricamente adelantaría su factura. Otros elementos arcaizantes, como la edad del niño o la fuerza tan penetrante del rostro de la Virgen, que parece sumergido en remota añoranza, refuerzan las dudas sobre la cronología propuesta. Procede de Solanilla. Museo Catedralicio-Diocesano.

   

La siguiente explicación, sobre la Virgen de Solanilla, está sacada del libro: "La hermandad de La Sobarriba: regla, Ordenanzas y Constituciones para la Procesión a Ntra. Sra, del Camino el día de San Isidoro, acompañada de noticias y apuntes históricos sobre el Voto de sus Ayuntamientos", de Antonio Barreñada García, que me ha dado su permiso para publicar estas anotaciones en la página web.

 

La hermandad de La Sobarriba: regla, Ordenanzas y Constituciones para la Procesión a Ntra. Sra, del Camino el día de San Isidoro, acompañada de noticias y apuntes históricos sobre el Voto de sus Ayuntamientos. Antonio Barreñada García. Patrocinado por los Excmo. Ayuntamientos del Voto: Valdefresno y Villaturiel. Pag.: 54-55.

La Virgen de Solanilla, uno de los lugares de la más interior, “interna” y “persistente”, Sobarriba. Tras haber sido “trasladada” desde su iglesia al Museo Catedralicio Diocesano a comienzos de los años 80 del pasado siglo (de forma rocambolesca y poco elegante, por decirlo de forma benévola) se convirtió en una de las joyas de la colección de Theotokos que este museo exhibe.

Se trata de una talla del Románico de transición (S.XIII), caracterizado porque el niño sedente no lo está de forma tan hierática como en los momentos más “puros” de este estilo, sino que ha comenzado, con su movmiento de traslación descentralizante, a humanizarse, a dejar de ser Rey del Universo en su Trono para comenzar a ser pequeño en brazos de su madre. Es la antigua vindicación frente a Theotokos –Madre de Dios- del Christotokos Madre de Cristo- (mereció, en su más extrema formulación la condena de Nestorio en el Concilio de Éfeso del 431), que supone ese acercamiento al sentimiento del pueblo, a la “piedad” popular en el sentido de esa religiosidad que es íntimamente más asumible, identificable en lo sencillo y propio.

Pervive la creencia de que esta Virgen de la Rutiella (“el caminín”) fue la imagen románica de la iglesia del Mercado, y que, además, se debió a la talla de un artesano de La Sobarriba, por lo cual, tras ser sustituida por la posterior Piedad gótica-renacentista, retornó a la tierra de su origen.

 

IImagen del Románico de Transición (S XIII) conocida como “Virgen de las Rutiellas, o la Rutiella”, de Solanilla de la  Sobarriba (hoy en el Museo de la Catedral de León), una de las “joyas”  recogidas en la muestra de Máximo Gómez Rascón Theotókos: vírgenes medievales de la diócesis de León (León: Edilesa, 1996)

 

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